marzo 20, 2008

Narrativa: DAVID LAGMANOVICH










Escritor, periodista y profesor universitario argentino. Ha sido catedrático en universidades de la Argentina (Buenos Aires, La Plata, Tucumán) y los Estados Unidos, y profesor invitado en prestigiosas casas de estudio de este último país y de Alemania. Sus libros incluyen obras de crítica académica y pedagogía universitaria, así como volúmenes de poesía, narrativa y ensayo literario. Es actualmente Profesor Emérito de la Universidad Nacional de Tucumán.





..............LAS ESTADÍSTICAS DEL MANDAMÁS

Ante las protestas del público, el ministro de Economía declaró que no había tal aumento del costo de vida, sino que todo se debía a un mal manejo de las estadísticas. Cuando el mandamás se enteró, ordenó que todas las estadísticas fueran encarceladas, por difundir rumores contrarios al bienestar general. El policía mayor, que no se atrevía a aclarar la confusión de su amo, organizó una redada de jóvenes prostitutas, a las que calificó como “estadísticas del malecón”. Las presas fueron examinadas por el mandamás esa misma noche, en el sótano de la jefatura. Le gustó la estadística más joven, una muchachita que afirmaba tener 17 años pero no parecía pasar de los 14, y se la llevó. En la madrugada, cuando el mandamás dormía, agotado y feliz por los ejercicios nocturnos, la chica lo mató con un cuchillo que ocultaba entre sus ropas y desapareció. Días más tarde, entrevistada en la televisión de un país vecino y rival, declaró que las estadísticas eran el amor de su vida, y que la persecución sufrida justificaba sobradamente su reacción.


..............EVOLUCIÓN DE LAS BIBLIOTECAS

Para demostrar su apego a la cultura, los regidores de la ciudad ampliaron las instalaciones de la biblioteca y, al tener más espacio disponible, compraron nuevas colecciones de libros, siempre encuadernados y con cubiertas del mismo color. Al verlos bien ordenaditos quedaron tan complacidos que repitieron la operación, para gran alegría de los mercaderes del ramo. Poco a poco fue alumbrando la idea de hacer de la ciudad, como dijeron, la “capital bibliotecaria del país”. Cuando los sucesivos edificios de la biblioteca ya ocupaban la totalidad del barrio septentrional, llegó un mensajero con una pregunta del monarca: ¿cuántos ciudadanos sabían leer? Avergonzados, los regidores comenzaron a achicar la biblioteca. Sólo quedó en ella un puñado de libros, relacionados con la cría del camello y otros asuntos de similar interés estratégico. Los edificios vacíos fueron convertidos en cuarteles.


..............OTRO HOMBRE INVISIBLE

No hubo cambio alguno en su organismo, pero las miradas de todas las mujeres lo atravesaban y se perdían en el infinito.


..............HABLA LA RECLUSA

Dijeron que estaba loca, porque escribía, y me internaron en el hospicio. Los hombres de blanco, más amables que mis padres, me dejaron seguir con mi manía porque, según dijeron, la expresión literaria me ayudaría a reencontrarme conmigo misma. Así, durante los 18 años que llevo en este lugar, escribí otros tantos libros de poemas, que en total contienen más de un millar de composiciones y cuyos originales apilo en un rincón de mi celda. Me alegra haberme dedicado a la poesía, pero ahora no me queda nada por decir y me he llamado a silencio. Esto ha desconcertado a mis guardianes: ellos le tienen miedo a la página en blanco, así como mis parientes de antaño odiaban la página escrita. Los médicos y enfermeros son mis amigos; no quiero herirlos. Para complacerlos, he decidido volver a escribir.


...............VENDEDORES

Primero fue el auge de los vendedores ambulantes; después organizaron escuelas para vendedores, con instructores venidos de la base de Guantánamo; más tarde proliferaron las vendedoras de flores, las que vendían su cuerpo —aunque esto era una metáfora, pues nunca lo vendían del todo— y también los vendedores de automóviles usados: uno de estos últimos llegó a presidente de la República. Todavía más tarde, las escuelas, parques y museos se poblaron de vendedores de drogas oficialmente prohibidas, pero a las que todos los habitantes tenían acceso. En medio de todos esos vendedores y vendedoras apareció el vendedor de sueños, que no llevaba nada consigo ni aceptaba pago alguno por compartir su mercancía con quienes quisieran platicar con él. Cuando se produjo el gran cataclismo, fue el único vendedor que sobrevivió.


...............LOS DEDOS

En la oscuridad extendí mi mano derecha, esperando sentir —como aquella vez— que tus dedos se apoyaban en los míos. Tan sólo las yemas se habían tocado un instante, dejando circular a través de ellas una corriente temblorosa. Ni tú ni yo podríamos olvidar esos momentos en que, sin decir palabra, tratábamos de no pensar en la separación inevitable. Mis dedos quedaron en el aire, un momento suspendidos. Pero sólo tocaba la oscuridad.

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