diciembre 07, 2010

REVISTA CULTURAL.......................................

año III - nº 6 ..............................................


Dirección
Myriam Leal

Staff
Eduardo Robino
Eugenio Mandrini
Norberto Barleand
Patricia Sibar
Isidoro Zang











Suscripciones:
el.alacran.literario@gmail.com

Tucumán – Argentina

Colaboran en este número:.......................................................
Ana María Mopty, Elvira Alejandra Quintero Hincapie, Gabriel Acosta,
Juan González, Julio Carabelli, Marcos Silver, Mario Melnik

noviembre 09, 2010

EDITORIAL

Algo está cambiando en la política nacional e internacional. Sólo quiero reflejar un hecho que pasó desapercibido para la prensa en general pero que a mí, como escritor, me ha llamado la atención.
Cuando falleció el ex Presidente Néstor Kirchner vinieron mandatarios de otros países entre los que destaco al presidente Correa de Ecuador, a Chávez de Venezuela, a Mujica de Uruguay, a Morales de Bolivia y alguno más que ahora no puedo precisar, pero lo que deseo hacer mención es que en las palabras de condolencia se nombraron a Eduardo Mallea, a Miguel Ángel Asturias, a Juan Gelman y se parafraseó a José Martí. Después la televisión (poesía por televisión?) pasó varias veces un poema de Joaquín Areta leído por el propio Néstor Kirchner.
Cuando hicimos el encuentro de Letrarte 98 propusimos una cátedra de poesía a cargo de poetas y dimos como ejemplo que en la asunción del presidente Clinton a su lado estaba Allen Ginsberg uno de los más conocidos poetas de la Generación Beat.
Evidentemente no eran los tiempos para Sudamérica pero ahora parece que algo ha cambiado, no sólo por esta unión latinoamericana donde los presidentes se tratan entre ellos de “compañero” o llaman por su nombre de pila a los presidentes cuya ideología no es tan cercana o incluso opuesta.
No hacía falta la todavía (para nosotros) inexistente wikileaks para saber que en la cultura nos reconocíamos y gracias a ella reconocíamos todos al imperio. La Cultura ya no es peligrosa y recordemos que Nixon le temía más a John Lennon que a Ho Chi Min y los milicos de la dictadura prohibieron hasta “El Principito”.
Estos dirigentes que leen, escriben y recitan, ciertamente se parecen a sus pueblos, a la gente de la cultura que surge de cada pueblo y tal vez logren dar a sus pueblos, aparte de la necesaria Justicia Social, la libertad de pensamiento a la que sólo de llega a través de la cultura.

Julio Carabelli

POESÍA PEREGRINA: ELVIRA ALEJANDRA QUINTERO HINCAPIE






Elvira nace en Cali, Colombia. Es arquitecta y Magíster en Literaturas Colombiana y Latinoamericana. Profesora de Literatura en la Universidad del Cauca, Popayán, Colombia.

Publicó:
Los nombres de los días. Colección Poemas Humanos, Ediciones Veramar-Revista Escarabeo, Ediciones Veramar, Bogotá, 2008.
La Mirada de sal. Biblioteca de Autores Vallecaucanos, Cali, Colombia, 2005.
La Ventana. Cuaderno de Ana Ríos. Colección Escala de Jacob, Universidad del Valle, Cali, 2002.
La Noche en Borrador. Alcaldía de Chiquinquirá, Colombia, 2000.
Hemos crecido sin derecho. Editorial Altazor, Cali, 1982.

Reconocimientos :
Premio Jorge Isaacs 2004 (Cali, Colombia).
Premio Nacional de Poesía Ciudad de Chiquinquirá 1999 (Chiquinquirá, Colombia).
Finalista en el Premio Nacional de Poesía Ministerio de Cultura 1998 (Bogotá, Colombia).
Premio Antonio Llanos 1984 (Cali, Colombia).
Finalista en el Premio Nacional de Poesía Héctor Rojas Erazo 1983 (Barranquilla, Colombia).


........Calles de Cali


Voy por las calles de Cali y de pronto me asalta la duda.
¿No fue en este lugar donde escuché por primera vez la frase que ahora me hablaba?
Voy con la piel envenenada por los últimos días pero feliz, porque desde hace una semana mi sol ha estado oculto, y he podido disfrazarme con ropas que llevan las gentes de las ciudades frías.
Pienso en mi hermana con quien me reunía en el amor a los días grises y quien seguramente, en este mismo instante caminará por una calle de Italia que no conozco.
También nos unía el asombro nunca satisfecho por los amaneceres y la inequívoca pasión por las matemáticas aprendida en el tablero de nuestro padre.
De pronto me asalta el deseo de bajar por la calle odiada cada día a las dos de la tarde a pesar de su olor a carboneros. Chiminangos. Veraneras. Cadmias.
A veces un guayacán florecía y nos dábamos cuenta que en el resto de la ciudad los otros guayacanes se habían puesto de acuerdo.
El viento de cada tarde no se ha llevado los gritos de las manifestaciones en la Plaza de San Francisco. La destreza de nuestro amigo para conmovernos al aumentar con el micrófono los matices de su voz recia. Sabia.
Entonces no sabía que lo amaría. Y que lo iba a odiar por traicionarme con su muerte.



.......Desayuno


A sólo cuatro años del fin del milenio, me pregunto si alguno de mis treinta y seis años pertenece a ese ciclo como la tierra a la Tierra, o si acaso, mi condición no es todavía la misma que aquella de la infancia,
mundo desalojado del Mundo,
pregunta anhelando ser Pregunta,
ahogo del sueño indescifrado todavía, examinado en silencio, frente a todos, a la hora del desayuno.

En el lugar donde vivo mis vecinos bajan a Cali para discutir fórmulas de cercanía a la civilización.
Después en la noche intentan alejar del sueño la pesadilla aquella anunciada en las noticias,
la insoportable imagen del niño rogando no ser llevado por sus padres a la guerra,
la desolada sabiduría del padre sobre su condición de Nadie, abocado al éxodo eterno y sin futuro, aprovechando el fondo de la noche para refugiarse de las balas.

En Cali otras manos se levantan sobre los ojos para apartar la misma escena y luego reniegan sobre su condición de provincia.
Entonces miramos las fotografías premiadas en los diarios y decimos que somos un país extraño, donde sus habitantes pagan con la vida el hecho de haber nacido en la más hermosa de las tierras.
Sólo cuatro años y empezará el nuevo ciclo.



,,,,,,,,,Cita


....1

He llegado a un pueblo de calles polvorientas donde mi amor me ha puesto una cita.
Mis compañeros del grupo de teatro no comprenden pero aceptan el juego como si fuesen mis hermanos menores.
Sin embargo cuando me hablan lo hacen como si fuesen mis hermanos mayores y no olvidan señalar hacia arriba con el dedo índice.

Las gentes visten de amarillo claro, de rojo, de azul desteñido
Y todo
Su piel, sus ojos fríos, los cabellos largos de sus mujeres
Están llenos del polvo que levantan al pasar los buses relucientes.

La plaza se llena primero con los niños y las ancianas
Y después el resto
Los novios
Las muchachas de cabellos trenzados
Los señores serios, sabios, adustos.

Pero no veo a mi amor y vuelvo a buscarlo entre las palmas de las manos que se agitan afanosas, cansadas de esperar la hora del milagro.


.....2

En el pasado del pasado mi amor incumplía una cita fraguada desde meses atrás.
Después en el pasado recorrí varias veces aquellos senderos
Sin poder hallar el lugar donde las mujeres asistían a los acontecimientos del parque
descalzas
Dejando a sus maridos y a sus novios destejer las largas trenzas
Esbozando con vergüenza una sonrisa que las manos ocupadas no pudieron cubrir.
De regreso sobre la capota del bus, junto a los canastos, no dejé de mirar hacia atrás
pensando
Que cuando todo acabara el viento me habría dejado sin cabellos
Sin mis largos cabellos
Mezclados con el olor de las yerbas aromáticas que comerciaban aquellas gentes.



POESÍA

Importan dos maneras de concebir el mundo
una, salvarse solo,
arrojar ciegamente los demás de la balsa
y la otra,
un destino de salvarse con todos,
comprometer la vida hasta el último náufrago,
no dormir esta noche si hay un niño en la calle…



...............................Armando Tejada Gómez

MARCOS SILBER







Marcos nace en Argentina en 1934. Ha publicado 18 títulos propios y participado en antologías varias nacionales y extranjeras.
Colabora con revistas y publicaciones varias.
Es autor de la versión argentina de Raíces (Teatro) de A. Wesker, editado por Nueva Visión.
Asistió como invitado al Festival internacional de Poesía en Medellín (Colombia); al Primer Encuentro de Poetas Hispanoamericanos de Fin de Siglo en Bogotá y al Encuentro Internacional de Poessía en Cajamarca (Perú).
Es “Faja de Honor” de SADE (Sociedad Argentina de Escritores 1968.
Primer Premio en Mérida (España) con: Preposiciones y Buenos Modales.
Finalista con Thrillers en Casa en las Américas.
Primer y segundo premio del Certamen Nacional de Poesía de la Asamblea Permanente por los Derechos del Hombre.
Primer premio Casa de la Amistad Argentino-Cubana (viaje a Cuba).
Primer premio publicación “Roca Viva” (editorial La Luna que).
Premio 1999 y 2000 prosa breve de contextos (radio Cultura).
1er Premio Municipal –Poesía- Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Miembro de la Sociedad de los Poetas Vivos.
Miembro Honorable de la SADE



Octubre

Es el amanecer, o el cierre de la tarde.
No se ve claro. Apenas la silueta de él,
doblada sobre la mesa de trabajo, donde escribe,
escribe afanosamente, sofoca el papel,
no perdona espacio alguno, ahoga todo blanco,
y vuela, se ata al huracán y vuela;
sopla el fuego y vuela, incontenible, clamoroso.
Escribe, anota la hora de asalto al Palacio de Invierno
y apunta: preservar las obras de arte,
no disparar a mansalva.
De pronto, domina la embestida,
detiene la estampida de los caballos.
No se ve claro. Apenas la silueta de él
con los ojos fijos en el mar,
un mar que no está pero que él siente y ve;
un mar de inagotables armonías,
de azules definitivamente calmos.
Nadiezda Krupskaya avanza desde las sombras y pregunta:
Vladimir Illich, ¿no querrá usted tomar un vaso de té?

..........del libro Roca Viva



VIAJE AL SILENCIO

¿Es que ninguno hará un rezo por ella ahora,
nadie se apiadará de Jennifer –Muñeca- Suárez
hecha una lástima un fantasma ahora que su esplendor
fue y la belleza y la gracia ya le pasaron;
nadie se compadecerá de Jennifer, nadie?
¿Dónde están los guerreros, hacia dónde
partieron sus tenaces adoradores; las manos
que emprendieron tanta hazaña para darle alcance
dónde se escondieron? ¿Qué de los ojos
que juraron por la ceguera no dejar de alumbrarla?
¿Quién se duele ahora por la diosa del amparo
la vencedora de pesadumbres y fatigas,
quién la preserva ahora del saqueo, del frío,
de la extinción de sus luces quién la protege?
¿quién del estrago de sus encantos?
los de Jennifer –Muñeca- Suárez,
que tantas veces prometió arrancarle el corazón
a la soledad y arrojárselo a los perros.
¿O es que nadie hará un rezo por ella ahora;
o la dejarán sola, sola hasta dónde,
hasta qué, sola hasta cuándo?
¿Es posible que ninguno llegue, que nadie acuda,
que la dejen así, callada y desierta?
¿Es posible que nadie absolutamente nadie se asome
y diga algo o susurre una miserable oración
por ella o vaya por ahí a contar a los otros
que Jennifer –Muñeca- Suárez tiene muerte
y está sola?

..........del libro Thrillers


DISECCIÓN

La primera incisión sobre la frente,
paralela a la línea del Ecuador,
con cuidado de no lastimar el soñar del sueño.
La segunda, llevar el bisturí como pincel de ángel,
conducirlo de una a otra apófisis mastoidea
pasando por el portal de la boca –con precaución-
de no rozarle siquiera una vocal a la palabra.
La siguiente, sobre el arpa del torso
entre la quinta y la secta intercostal,
por delante del timbal que cesó
guardando de no perturbar sus mareas de pasión.
La incisión contigua
trazarla con pudor de nave de seda
uniendo ambas espinas ilíacas antero-superiores,
evitando atormentar los recuerdos
en las terrazas de las carnes rojas del ardor.
A la altura del triángulo de Scarpa
detenerse y beber el vino
para celebrar la vida que hubo.
(Una sola copa, hay que continuar)
Ahora bien, sobre los muslos, nada;
no despertar las caricias que aún.
Más al sur
descender el acero por las laderas de las tibias
arribando a cada pie. No más.
Hasta el inicio de la sombra.
Y no tentarse con ella,
no malograrle la esperanza.




Cabeza Tronco Extremidades.
Esto que yace mudo, quieto,
detenido en estación terminal,
¿qué hace aquí?
Estuvo y ya no más;
comió bebió entró salió de los días
anduvo apasionó,
digo: amó fue amado. Y soñó.
¿Qué hace aquí?
Saltó lejos el sol de sus ojos.
A clavarse llegó el hielo a su boca.
Enojadas las manos, agarrotados los dedos;
tal vez así se vea, callada
la enfermedad del morir.
Cabeza Tronco Extremidades.
El más sabio ordena: procedamos.
Brilla gozoso el acero,
va a entrar y le entra al que yace
(y de quien ya se habló)
con ojos vaciados de mirar
y boca de playa desnuda.
Cabeza Tronco Extremidades.
Hurga acerito; pregunta:
alguna vez se pensó así,
¿vano, abolido?
El más sabio ordena: procedamos.
Hurga acerito, dice:
a qué remover sus adentros,
a qué explorarlo cuando de todos modos
va camino a la ceniza.
Cabeza Tronco Extremidades.
El más sabio ordena: procedamos.
Confeccionado será entonces punto por punto
el inventario, registrado todo
lo que asistió a la fiesta de la vida.
Hurga acerito
del altillo al subsuelo;
su filo desciende
penetra en la gladiadora cuerpería;
la juventud le visita al que ahora yace;
el que comió y bebió y entró
y salió de los días;
el que amó, fue amado
y soñó,
sobre todo soñó.

.........del libro Cabeza, tronco y extremidades

JUAN GONZALEZ











Juan González nació en Tucumán, República Argentina. Publicó los libros de poesía: "Los días y la tierra"(1962); "Mandatos y revelaciones"(1969);"El grito en el cielo"(1983);"Pasión de la tribu"(1988);"Tribulaciones de la lengua"(1989);"Cartas de Andrea de Azcuénaga"(1991);"De ella se decía"(1993". Residió en España durante nueve años donde ejerció el periodismo y la crítica literaria en revistas y diarios, como así también en Italia, México y Venezuela. Actualmente reside en Tucumán

De ella se decía
1
Una humareda blanca sale
de su cabeza

eso sucede desde su nacimiento
escribe y salen de su boca
señales luminosas
y su cuerpo se cubre de mantillos
o valvas que se acumulan
en el granero de su lengua
que hace glub bufff
en su garganta estuosa
cuando da vueltas en la calesa
donde nació
entre plumas paraguayas
o joyas que cubrían
su cuerpo desvelado
que apenas tenía el calor
de un nido

o el ardor de los picotazos
en la tierra
cuando comenzaba a gatear
masticando los nudos
del lino que da vueltas
en el rodillo
de su ropa multicolor

aprendo el a b c e dario
de letreo en la imprenta
de gutenberg con el rebuzno
del asno que me lleva en el lomo
de la escritura que saboreo
mientras me abrocho los zapatos.





2
A veces los sueños la atormentan
y no la dejan vivir
está viajando por el atlas
de su cuarto
con un palimpsesto donde escribe
o borra las cosas que suceden
de pronto se aproximan a sus ojos
las estrellas más cercanas
y grita aterrada
me van a aplastar
van a destruir el jardín
donde dibujo los oceanos
y viajo en el cristóforo colombo
pero siempre vuelve
cubierta de hojas o velos
con huellas en los pechos
o sombras de besos en la boca
son los sueños solares
mezclados con aullidos
que atraviesan las paredes
de su casa
donde vive echando lumbres
todo el tiempo o
tejiendo las telas de su ropa
con las que se cubre
o se menea
cuando cruza la frontera
donde abre las palabras.





3
Anduvo por el aire tropezando
con artefactos que giraban
en la eternidad

¿qué serían esos gajos que rozaban
su cuerpo
ese día que cruzó el amazonas
con un cordero de la mano?

no quiere pasar de nuevo
por esa zona donde sus ojos
quedaron sin luz
pero quiere volver a respirar
el olor de las calles
o su casa
donde trama la vida
bajo la luz del limonero
que plantó hace más de treinta
años en la fiesta de los ojos
de "shuermano"

ora la corriente del tiempo
penetra en su útero
y baña la ribera helicoidal
que enciende la resina de los pinos
y enloquece los olores

ora mira una mancha verde
o deja caer los ojos
en la llanura que flamea
con su cuerpo universal.





10
Su boca se abre antes
que el sol incendie
los bordes de la
tierra que se curva
lejos de su iris
o de la luz
que irradia colores
en las fuentes
o en sus ojos
pulidos por el viento
de las islas
que crecen después
que la tormenta ha peinado
con furia el mar
y ha deshecho todos
los caminos ha roto
las ondas de las algas

tanto despojo visto
tantas murallas de agua
balanceándose
en visiones sucesivas
o restos de sueños

todo está aquí
rodeándola
cuando despierta o
cuando el movimiento
se anuncia
en las fogatas
de sus manos

que croan o mugen
de arribabajo
rompiendo sus cofres
o las puertas
de su paraíso
que abre los jardines.





Materia del canto


Todos los días
salgo por las calles
decidido a madurar
la vida
y penetro me sumerjo
en los rostros
en las manos
en el corazón del viento
velozmente
como un mágico trompo
y voy apretado
entre voces y lenguas
que conozco bien
transito las palabras
esta dura necesidad
de expresar y comunicar
embadurno las monedas
solicito a los árboles
una música en sus hojas
y miro largamente
las huellas del hombre
sobre el tiempo

poque es así
y no de otra manera
porque hay que andar
con ojos de tormentas
para las lluvias
porque hay que sentir
y conocer los días
del puro esplendor
de la más alta pena
y vivir de pie
parado sobre la tierra
con todo el cuerpo
con toda la memoria
de lo sucedido
con los acontecimientos
de hoy y de mañana
porque éste
es nuestro tiempo
ésta la materia
de mi canto




Espacio sin márgenes

Ella vuelve malherida
porque se fue
arando el aire
con sus patas rojas
y jamás se detuvo
hasta estrellarse contra el cielo

nunca se supo por qué
se fue
tampoco el itinerario
de su vuelo
sólo se sabía
que quería volar
y salir de las ciudades
donde vivía esperando
un llamado

eso oímos decir
pero no las voces
que ella escuchaba
de noche
cuando mirando el cielo
desde la ventana
tenía visiones

después se sentía pequeña
envuelta por una corriente
que la hacía temblar
qué es esto se preguntaba
aterrada
no es nada no es nada
decía una voz
sólo es tu visión
del espacio sin márgenes.

Para conocer más sobre Juan y su obra:
http://signodisociado.blogspot.com/

MARIO MELNIK





Mario nace en Concepción, Tucumán, en 1958. Actualmente reside con su familia en San Miguel de Tucumán, donde se desempeña como docente, traductor y bibliotecario. Ha publicado en dos antologías: Espacios y Espejos (Ediciones JOETUC, SM de Tucumán, 1987) y Amanecer de Esquinas, Grupo Literario Polymnia (Ediciones JOETUC) SM de Tucumán, 1988). En 1999 publica Palabrara (Ediciones Magna, SM de Tucumán). En 2008 publica De sentido en sentido (Grupo Editor Latinoamericano, Bs As).


Las horas sin fin


Cuando el día se haga brizna del silencio
y estén las horas aturdidas de tanto sinfín
como mendigas en la hacera de mi frente
como voz que se aplana en la risa del olvido
llegará ese instante de asomar la piel entre amapolas
de nombrarte bajo el pecho sin mortajas
de un gorrión
y abrirte al fin de la penumbra una puerta
para que escapes y te lleve las alas
de la alegría.
Mientras la noche con pie pesado y tibio
se cierra entre puñales
tan pronta volverse espiga
tan sangre hacia el alba donde me atrevo a amar
los caracoles que guardan tu silencio
y mi agonía.




Casa de las ausencias

Invento una casa para las ausencias
la invento al lado de un río
sobre el agua susurra el viento.
Aspiro luz por la cascada del trueno
la larga lluvia de la memoria
con sus puertas abiertas en las sombras
de los árboles.
Puertas como soles son
que navegan por mi sangre
y músicas descarriadas en la espera de los años.
Con retazos de caricias tejidas entre álamos
invento sílabas para atraer palabras
para armar las voces que se disipan
en esa casa abierta que invento
con sus rincones de rostros irrenunciables
con risas y gemidos de huellas diferentes
que llevan siempre hacia un mismo camino.
De esa casa abierta soy una invención
de la orilla de un río
de un horno de barro donde mora el sol
de un horizonte de silencios
y de todos esos latidos
que hacia la madrugada vuelven
y piedra adentro me arrastran
montaña adentro me arrastran.






Llullaillaco para una niña Inca

¿Mi rostro dormido
es tu llave del tiempo?
La mirada de la noche
tiene mi rostro dormido
el silbido del viento en la piedra
la altura que junta la tierra y el cielo
el silencio de una voz que quema
eso es mi rostro dormido.
En mi rostro dormido no veas correr el río
no veas su soledad sedienta
ni quieras comprender la escritura
que ves en mi rostro dormido.
Vuelve a cubrirlo con manos de lana
y déjalo perderse a lo lejos.
Al horizonte que se durmió en mis ojos
déjalo volar lejos.
¿Qué más da?
Ya conoces mi voz cuando amanece
ya te has reflejado en ella para siempre
y has sentido sus pájaros de arcilla
abrir caminos en tu sueño.





La luz en tu rostro

La edad de la luz en tu rostro me hace renacer.
Su anochecer es anterior a mí.
Su amanecer es anterior a mí.
Por un color sé la edad de tu sonrisa.
Por un color sé la edad de tu dolor.
Son colores que pintan mi voz y mi aliento
colores entre pequeños e inmensos
donde tu mirada se abre paso
y mis caminos de sílabas y músicas
se pierden bebiendo tu imagen del agua.
Son colores de un rostro vegetal y piedra
donde la luz ondula callada, dormida.
Rocíos del hambre son, del fuego y la sed
donde la piel abarca la memoria de la noche
la primera palabra que en ti lloró
y sonrió.
Colores anteriores al sueño que soy ahora
cuando te nombro y estás en mí
y caminas descalza por mis entrañas
llamando a mi latido.




La casa amada

.............a Beatriz Piscitelli

La memoria cae
de lleno en el latido
alguien la espera.

Cosas pasaron
una luz en tu mano
cayó y lloró.

El eco ofrendó
su pan y el silencio
le dio su casa.

Casa de la palabra
reverberar de piedra
en el aire.

Casa de la palabra
luz que del cielo
se vuelve a colgar.





Esquina

...... ..A Lydia Alfonso

Corazonada esquina
caída a cielo en el pecho
me verás rumbear las calles
caminar los ángulos de la luna
sostenido del aire por una voz acolorada.
Serán los segundos de la intemperie
que vuelve a su tiempo suficiente
a su lugar, a su propio rastro que la cobija.
Se encerrará la ciudad en mi latido
niños con lapachos en sol vendrán a buscarla
hombres con sus desgarros de nube rota
y con su sola soledad de cielo
para inventar otra mañana que será.
Con la voz sosteniendo cada mirada
atravesaré el cosmos de tu memoria
por el costado más tuyo
y volverán en ramas los rumbos
y aunque pese la tanta sombra
sobre el quieto fulgor de tu horizonte
me cargaré a dos manos tu hombros
a dos pies tu cintura
y se harán entraña esta cuesta en mi abismo
y estas palabras sin redondeces
que gritan en tu rincón y a ríos te florecen.







El sueño del vino

En la noche estrellada de la palabra
busca su latido el vino.
Entre vocablos de tonos añejos
los caminos del sentido le van abriendo paso.
Con cada sorbo que vuelve resuma su gusto a tierra
y trama el fervor de los días en el telar del tiempo.

Respira hondo de sol.

En su corazón late el silencio propiciatorio
la intemperie a dos manos abiertas
el beso que liberan los surcos
el abrazo que desata la lluvia.
En su simiente la sed se aplaca
y la voz quiere ser canto.

Es la hora en que el día se vuelve a oriente
por el camino de la luna
y con cada estrella se apaga la mirada del horizonte.
Es la hora esta hora en que el vino duerme su sueño.

Y nos desvela.

NARRATIVA: ANA MARÍA MOPTY














Ana María Mopty de Kiorcheff es prof. en Letras, egresada de la UNT, con ejercicio de la docencia en escuelas secundarias y universidades de Jujuy y Tucumán. Participó en libros colectivos y publicó cuatro libros de cuentos y microrrelatos: Entre Sur y Norte (1993) Microrrelatos (1998), Con ojos y alas (2001) y Con abrazos (2007) Figura también en cuatro antologías internacionales y actualmente estudia la narrativa breve en al Noroeste Argentino.


LOS DOMINGOS



Sólo los domingos el patio se colma de visitas. Los que no son visitados, dibujan una línea en el piso y saltan para pasar bajo de ella. Del otro lado se incorporan golpeados y jubilosos, aunque sin lograrlo. Yo no entro en esos juegos y contemplo un biombo con diseños de helechos, de pájaros, de flores. Me lanzo a alcanzar los dibujos que se pierden entre las visitas. Los de delantal blanco me siguen con casi igual velocidad, cuando corro por los helechos que van detrás de los pájaros que persiguen las flores.





EL CÍRCULO SE VA A CERRAR




Abren el vientre del charco los vehículos que pasan por la esquina. Sin proponérselo, cada uno se lleva: consuelo de perros vagabundos, noche resguardada, estrellas, rocío.





DESCUBRIMIENTO




Cuando a Colón se le ocurrió la demostración a través del huevo, no sólo pensó en su tesis. Concluyó también que contenía yema, clara, nubes, alas, sol.


HISTORIAS
............................
A Luisa Valenzuela

Esto de vagar entre hierbas altas, cartón y latas junto al dique, siempre trae algunas consecuencias, por ejemplo, los zapatos. Me refiero al calzado que encontramos sin su dueño. De la ropa que dejan, no nos ocupamos porque llega con manchas o quemada. Pero los zapatos se aprovechan pronto y hasta podemos ser generosos cuando algún familiar del propietario solicita para datos o recuerdos. Allí acompañamos en sentimiento, eso tampoco nos cuesta. A las historias no queremos escucharlas. Son demasiadas; siempre iguales y nosotros, en ese caso, perdiendo los zapatos. Tal vez hoy pase el camión. Desde lejos, distinguimos su enorme cuerpo verde en el polvo de la siesta. No le guardamos rencor, sería como castigar a los que sin querer nos benefician.





LEGADO



Entre los papeles de Franz, carta a su padre y algunos poemas, quedó uno de escasos renglones en donde determinó la distribución de sus bienes, todo un proceso. No dejó firma. Una patita de cucaracha clausuraba el texto.


ENTRE NOSOTROS


Lo primero fue la palabra. La palabra se hizo Adán, se hizo Eva. Surgieron: tentación, inocencia, pecado, el cosmos. Y la palabra se hizo carne y habitó.





UÑA MEMORIOSA



Julio Ardiles Gray


(Tucumán 1922 – 2009)


Junto a Manuel Castilla fue uno de los fundadores del movimiento cultural La Carpa. con su libro de poemas "Tiempo deseado" (1944). Este movimiento aglutinó a grandes poetas del noroeste argentino como Raúl Galán, María Adela Agudo, María Elvira Juárez, entre otros, durante la década de 1940.
Publicó libros de cuentos, novelas, obras de teatro, poesía; fue traductor de italiano, portugués y francés.
Su novela El Inocente fue llevada al cine por Gerardo Vallejo en el año 2000.
Perteneció a la generación de autores como Juan José Manauta, Bernardo Kordon, Héctor Tizón y Rodolfo Walsh, entre otros.


Entre sus libros:
1944 Tiempo deseado (poesía)
1950 Cánticos terrenales (poesía)
1951 Elegía (narrativa)
1952 La grieta (narrativa)
1956 Los amigos lejanos (narrativa)
1957 Los médanos ciegos (narrativa)
1964 El inocente (narrativa)
1964 Cuentos amables, nobles y memorables (narrativa)
1968 Las puertas del paraíso (narrativa)
1970 Vecinos y parientes (teatro
)




LA ESCOPETA



Avanzó entre los naranjos. El sol caía con tanta fuerza que le obligaba a entrecerrar los ojos. La paloma saltó entonces de una rama a otra, y a otra, y se perdió por entre el follaje bien alto. Con la escopeta levantada, Matías se acercó hasta el tronco del árbol. Pero por más que examinó hoja por hoja, no pudo dar con la paloma. Extrañado, se rascó la nuca.
De pronto, sobre su cabeza sintió un ruido. Volvió a fijarse. arrebujado entre unas ramas, había un pájaro. No era su paloma; era un pájaro de un color entre azulado y ceniciento. Con cuidado, Matías apoyó el arma en el hombro y levantó el gatillo.
"Ya que no es la paloma -se dijo- no me voy a volver a la casa con las manos vacías."
Pero en ese instante, el pájaro saltó a una horqueta, sacudió las alas e hinchando la gola se puso a cantar.
Matías, que ya había llegado al primer descanso, abandonó el gatillo y escuchó.
"Que extraño -se dijo-. Jamás he escuchado cantar a un pájaro como éste."
El trino, en el redondel de la siesta, subía como un árbol dorado y rumoroso. A Matías le pareció que más que el canto del pájaro, lo que se desgranaba eran las escamas amodorradas de la siesta misma. Y le comenzó a entrar un sopor dulce, unas ganas de abandonarse a los recuerdos de los tiempos felices y de no hacer nada más que escuchar el canto del pájaro que seguía subiendo, esta vez como un perfume agridulce y verde.
Para escuchar mejor, dejó caer la escopeta a un lado y arrastrando los pies se acercó al árbol para apoyarse en el tronco. El pájaro había desaparecido, pero su canto continuaba en el aire. Y no pudo sustraerse a la tentación de mirar al cielo y levantó los ojos. Allá arriba, entre unas nubes ociosas que desflecaban gigantescas flores de cardo, dos grandes pájaros negros volaban en lánguidos círculos inmensos. Matías, entonces, no supo distinguir si la dulzura que sentía venía del canto de aquel pájaro o de las nubes que se desvanecían como borrachas a lo lejos.
El canto, entonces, se acabó de improviso. Los pájaros y las nubes desaparecieron y él volvió en sí.
"Me estoy volviendo muy abriboca" -se dijo mientras sacudía la cabeza.
Buscó la escopeta pero no la encontró donde creía haberla dejado. Caminó más allá, volvió más acá, pero el arma había desaparecido.
-¡Esto me pasa por tonto!- gritó en voz alta.
Y todo lo que hizo después fue en vano. Al cabo de una hora, ya cansado, se dijo:
"Me iré a la casa a buscar a mi muchacho. Entre los dos la vamos a encontrar más ligero. No puedo perder así un arma tan hermosa."
Y se lanzó cortando el campo hasta alcanzar el callejón.
Al entrar al pueblo fue cuando comenzó a sentir algo raro. Estaba como desorientado: echaba de menos algunos edificios y otros le parecía que nunca en su vida los había visto. A medida que avanzaba, la sensación iba en aumento. Y al llegar a su casa, el miedo le sopló en la cara un presentimiento vago, pero terrible.
Penetró en el zaguán. En el patio, cuatro chicos jugaban y cantaban. Al verlo se desbandaron gritando:
-¡El Viejo...! ¡El Viejo...!
Una mujer salió de una habitación sacudiéndose las hilachas de la falda. Matías balbuceó con un hilo de voz:
-¿Quién es usted...? Yo busco a Leandro...
La mujer lo miró largamente y frunció el entrecejo.
-¿Qué dice, buen hombre?- dijo.
-Busco a Leandro -tartamudeó Matías-. A mi hijo Leandro...Esta es mi casa.
-¿Su casa?- dijo la mujer.
-¡Sí. Mi casa! -gritó Matías-. La casa de Matías Fernández.
La mujer hizo un gesto de extrañeza.
-Era...-dijo sonriendo con tristeza-.Nosotros la compramos hace veinte años cuando desapareció don Matías y todos sus hijos se fueron de este pueblo.
-¡Qué! -gritó Matías, levantando las manos como para defenderse.
-Sí...- asintió la mujer temerosa.
Entonces, Matías se fijó en sus manos y se dio cuenta que estaban arrugadas, muy arrugadas y trémulas como las de un hombre muy viejo. Y huyó despavorido dando un grito.
................................. TERTULIAS


...................................ENSOÑACIÓN

Las obras pertenecen a la serie Cosmología de mujer de GabrielO (GAbriel Acosta)
Ambas formaron parte de la muestra "Extremos pictóricos" realizada en LETRARTE 2010
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