febrero 20, 2009

PERLA SNEH






Nació en Villa Crespo, Buenos Aires, en 1952. Estudió en la Universidad Hebrea de Jerusalén, en la Academia de Arte y Diseño Betzalel (Jerusalén) y en la UBA. Es psicoanalista y docente en cursos de posgrado de la UBA, la UNR y la UNTREF, donde es investigadora del Centro de Estudios de Genocidio. Integra la revista Redes de la letra y es miembro de Ensayo y Crítica del psicoanálisis. Traduce e investiga la lengua ídish en sus diversas manifestaciones.
Ha publicado La Shoah en el Siglo - Del lenguaje del exterminio al exterminio del discurso (e/c con el Dr. J. C. Cosaka; II° Ed. Bs. As. 2000); Ciudad autónoma (2004); Bíblicos (2006); Buenos Aires ídish - Temas de Patrimonio N°19 CPPHC de la CABA (Bs. As., 2006). En 2007 realizó la investigación A fusgueier, an ainzamer (Un peatón, solitario) Poesía ídish porteña (Programa Metropolitano de Fomento de la Cultura, las Artes y las Ciencias - Fondo Cultura BA).

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vereda


De madrugada sucia, pisamos
una vereda. Corazón servido
en basura, zaguán de resucitados,
ríos de madre loca, hogueras.
Paso de buen ciudadano, la calle
que ilumina, pero el aire es sólo aire
en pavimento extranjero, en el tránsito
sin días, en el agua inútil de un puerto.
Sitio que pierde su rostro, isla que
se mece, sextante de aguas amargas,
mar de nombres, áspero veneno.

Hora de echar a andar. Aire en el aire
acechan los pájaros dormidos: el ave
caníbal, el cuervo, el búho, el alcaraván.
Silencio del que no sabe. Barca,
páramo yermo. Rondan. Ladran.
Espantan tu parte de mí que los sigue.


............Lupe

Conjura, mancha en la historia, mil ojos
que llegan al puerto. La muerte anda
en fragata. Las mujeres, en sandalias.

Y el aire que destila no sé qué cosa funesta.

Tres días y tres noches brotó
Tu veneno en gotas, tres días
Y tres noces de canciones mansas.
El presidio huracanado se llena
de libertarios. En los patios brotan
velos, guantes de mano cortada.
Y un abanico negro. Así que silencio,
mujer. Que nada. Que la chusma ama
al maldito. Que los ilustrados discuten.
Que crepitan los esías y que urge
la matanza. Que ni ebria ni dormida
te vayas por los pajares. Que la historia
se pasea por el fondo de los mares.

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del otro lado


Mis medias blancas guardaron nuestra
dicha atolondrada. ¿Te acordás esa tarde
que fuimos la salvación? El día se hizo de
noche y nos fuimos al extranjero. Olíamos
clavo de olor, humo de asado en un patio.
La luna, odiosa matrona, quiso meterse
a bailar. Vos te le reíste en la cara y yo
me pinté los labios en su corona de luz.

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dorrego y soler


Olor a viejas estrellas, otoño de las
veredas. Las hojas que cobijan larvas
en orgía. La luna se enreda entre cables,
el semáforo se apaga. La calle borrada
de la lluvia que sube po r el puente. Un chico
se cuenta los dedos, acaricia su futuro entre
las uñas y el codo. Pasa alguien. Ya no está.
Nadie le dijo que espere. Ahí va otro. Anda
Perdido. No aprende a vivir sin volver. Perfume
de tantas cosas, las infaltables, las que no
existen, las que no se arreglan así nomás

.....................................de ciudad autónoma(2004)

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Palabras


Decir apoyo es un apoyo aunque
le saquemos las comillas. Decir sombra
es un remanso, aunque no haya luz. ¿Dónde
quedan si es que quedan cuando saltan de la
boca? Brincan. Rebotan. Se enredan con los
hilos. Van y vienen en majada. Suman noche.
Quiebran mundos. Encienden los oleajes. Esplenden
al nombrar algunas pocas cosas, el pequeño dolor
que nos toca, la verdad infinita de hablarnos.



.............Esquina

Dos nombres encabezan la vereda, gracia triste que
rige nuestras horas. Paisaje desollado, historia a ras
del suelo, pavimento florecido a la intemperie. Un viento
venenoso tironeaba tus recuerdos con lejanos moradores
de tu vida. Te agarraste de mi pelo. Nos atamos a la noche.
La pared supuraba de carteles. Una risa de medusa te
mordió el costado. Temblaste. Vino el beso. Y ahí estamos.


.............Sazón

Ni la violenta bondad enloquecida. Ni la herida
venenosa de una vida que no fuimos. Ni la lucha
empecinada de razones que se tuercen. Ni esa llaga
que se infecta con la sangre que nos sube a la cabeza.
Ni un ejército de ideas al galope, ni la tropa iluminada
de verdades en combate. Ni los bronces del cantor,
la amazona o el poeta. Ni siquiera los más ciertos
argumentos. Nada de esa preexistencia, a esta altura
indecorosa, tiene algo que decir al fulgor luz de esta
cocina donde vos leés el diario y yo hago milanesas.

..............................................................(Inéditos)

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