marzo 26, 2010

NARRATIVA: JULIO CARABELLI






.Nació en Buenos Aires en 1940. Cofundador del Grupo Literario “Además” y del Grupo “Poesía Peregrina”. Fue Secretario de la Fundación Argentina Para la Poesía, participó en el staff de la Revista “Nexo literario”, y fue Director de la Revista Literaria “artes, becas & concursos”. Dirige actualmente Letrarte (Encuentro Internacional de Escritores, 1998 en Tucumán, 1999 en Mendoza, 2006 y 2009 en Tucumán).
Sus cuentos, poesías y ensayos se han publicado en diarios y Revistas Literarias de Buenos Aires, del interior del país y del exterior, habiendo sido traducido al italiano, inglés y portugués.
Residió cinco años en Nueva York y fue invitado a lecturas y conferencias en dicha ciudad.
Participó en la Antología Panorama del Cuento Argentino (Revista PROA Nº 15) y en varias Antologías nacionales y del extranjero. Antólogo de la Primera Antología Virtual “Conocer” y creador del primer Café Literario Virtual.
Fue nombrado miembro del Comité para el Festival de Poesía de La Habana, Cuba 2007, Palabra en el Mundo, e invitado al VI Encuentro Internacional de Poesía realizado por la Universidad de Carabobo, República Bolivariana de Venezuela.
Actualmente reside en Tucumán donde coordina desde el año 2002 el Ciclo “Café Literario” de la Secretaría de Extensión Universitaria (UNT).
Seria imposible nombrar en este espacio la cantidad de libros publicados de poesía, cuentos y novelas y los muchos más que tiene inéditos.




......Último acto
Al despedirse, el mago desapareció.



.......Canje
La muerte tomó Peón, tomo Alfil, tomó Caballo y recibió en la Torre a la Dama que acudía trayendo la cabeza del Rey.



.......Mirra, Incienso y...
Ante la orden de Herodes, los reyes magos dejaron los porros en la carpintería.



He visto los ojos de la renga loca.
Los he visto porque me ha mirado y dicen que cuando la renga clava sus ojos en alguien es como una sentencia de muerte. Por eso me he encerrado. He tapiado el tragaluz, el rosetón y el mirador del altillo, las ventanas del piso de arriba y las de los cuartos de abajo sin olvidar el ventanal de la cocina. He dudado bastante pero al fin decidí clavar la puerta de atrás y he puesto un ropero, la mesa y el aparador grande para impedir la entrada por la puerta de calle.
Creo que ni yo misma puedo salir y eso no importaría si no fuera que acabo de escuchar sus inconfundibles pasos en la cocina.



........Distracción
Le dije: -tengo hambre- sin darme cuenta. De haber sabido que ella se pondría tensa me hubiera callado la boca y ahora almorzaría carne tierna.



.......Razonable

Aquel policía había esperado pacientemente que su vecino, ahora desempleado, tuviera que malvender su casa para comprarla, después despidió al viejo jardinero por inútil, violó a su empleada a quien por eso dejó de pagarle el sueldo y mató al perro que su hijo menor escondía en su pieza. Tuvo una mañana trabajosa, pero la tarde fue peor: tuvo que balear a dos estudiantes que manifestaban y romperle el cráneo a tres obreros con su macana. Por la noche, liberó a los tres presos que salían a robar para él y el domingo descansó: sólo fue a misa como Dios manda.



.............Rebelión en el quirófano

Cuando entré a la sala de cirugía, con mi fastidioso absceso, una enfermera me puso una inyección de anestesia local y el médico dejó de lado el informe y la radiografía para tomar mi brazo y mirar nuevamente, junto al instrumentista, la parte afectada.
-Esto amerita un bisturí fino.
El instrumentista movió la cabeza negativamente.
-Creo, doctor, que sería mejor el bisturí plano.
El cirujano se mostró muy contrariado y dijo:
-¡Alcánceme el bisturí fino!
-Le preparo el fino y el plano, por las dudas.
-Necesito solamente el fino.
-No me cuesta nada traer los dos.
-Entiéndame. ¡Alcánceme el fino de una vez antes que al paciente se le vaya el efecto de la anestesia!
-Igual la enfermera…
-¡La enfermera se retira ya mismo!
-Me voy doctor, pero creo que él tiene razón, tendría que trabajar con el bisturí plano.
-Ya me olía cierta complicidad entre ustedes dos. ¡Por favor señorita, retírese!
-Sí señor, disculpe.
La enfermera y el instrumentista intercambiaron una mirada resignada. Yo me alegré de que se fuera porque temía por mi anestesiado brazo, pero apenas ella cerró la puerta el médico le asestó un corte en el brazo al instrumentista con el bisturí…
-¿Te das cuenta cómo corta el fino?
El herido, que conservaba en su mano el bisturí plano, se tiró contra el médico haciéndole un tajo en el cuello.
-Este no corta menos ¿verdad?
El médico abrió los ojos asombrado y se cubrió el cuello con la mano derecha mientras con la izquierda buscaba herir en el cuello al instrumentista. Le erró y le cortó la cara muy cerca del ojo porque su blanco se había movido para tomar de la mesa un grueso destornillador que clavó sin medir en el abdomen del médico.
-Siempre quise ajustarle los tornillos, doc.
-Ese destornillador te lo trajo ella ¿no?
-Mire que la está acusando y…
El instrumentista se calló porque el médico había logrado acertar con el bisturí fino en el medio de una oreja.
-Me imagino que habrá leído El Hombre que ríe ¿no?
Creo que la lucha, el forcejeo o las exclamaciones se sintieron afuera y la enfermera entró muy resuelta. Al ver la sangre en el cuerpo de ambos se acercó muy diligente al instrumentista sin darse cuenta de que el médico se echaba sobre ella con tan mala suerte que la hizo clavarse en el destornillador que la penetró a la altura del corazón.
-Creo que murió.
El médico le tomó el pulso y dijo: -La mataste.
-¡Usted la mató, me la tiró encima!
-No nos vamos a detener ahora en las culpas. ¡Hay que descuartizarla si queremos sacarla de aquí!
-El cirujano es usted.
-Esto amerita un bisturí fino.
El instrumentista movió la cabeza negativamente.
-Creo, doctor, que sería mejor el bisturí plano.
-¡Alcánceme el bisturí fino!
-Le preparo el fino y el plano, por las dudas.
-Necesito solamente el fino.
-No me cuesta nada traer los dos.
-Entiéndame. ¡Alcánceme el fino de una vez antes que al paciente se le vaya el efecto de la anestesia!
El efecto se fue conmigo porque nunca me gustaron las repeticiones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuantas peripecias querido Julio, quizs te hubiera ido mejor si consultabas una psicóloga...o una curandera, ja ja. Abrazo.
amelia arellano