noviembre 09, 2010

MARCOS SILBER







Marcos nace en Argentina en 1934. Ha publicado 18 títulos propios y participado en antologías varias nacionales y extranjeras.
Colabora con revistas y publicaciones varias.
Es autor de la versión argentina de Raíces (Teatro) de A. Wesker, editado por Nueva Visión.
Asistió como invitado al Festival internacional de Poesía en Medellín (Colombia); al Primer Encuentro de Poetas Hispanoamericanos de Fin de Siglo en Bogotá y al Encuentro Internacional de Poessía en Cajamarca (Perú).
Es “Faja de Honor” de SADE (Sociedad Argentina de Escritores 1968.
Primer Premio en Mérida (España) con: Preposiciones y Buenos Modales.
Finalista con Thrillers en Casa en las Américas.
Primer y segundo premio del Certamen Nacional de Poesía de la Asamblea Permanente por los Derechos del Hombre.
Primer premio Casa de la Amistad Argentino-Cubana (viaje a Cuba).
Primer premio publicación “Roca Viva” (editorial La Luna que).
Premio 1999 y 2000 prosa breve de contextos (radio Cultura).
1er Premio Municipal –Poesía- Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Miembro de la Sociedad de los Poetas Vivos.
Miembro Honorable de la SADE



Octubre

Es el amanecer, o el cierre de la tarde.
No se ve claro. Apenas la silueta de él,
doblada sobre la mesa de trabajo, donde escribe,
escribe afanosamente, sofoca el papel,
no perdona espacio alguno, ahoga todo blanco,
y vuela, se ata al huracán y vuela;
sopla el fuego y vuela, incontenible, clamoroso.
Escribe, anota la hora de asalto al Palacio de Invierno
y apunta: preservar las obras de arte,
no disparar a mansalva.
De pronto, domina la embestida,
detiene la estampida de los caballos.
No se ve claro. Apenas la silueta de él
con los ojos fijos en el mar,
un mar que no está pero que él siente y ve;
un mar de inagotables armonías,
de azules definitivamente calmos.
Nadiezda Krupskaya avanza desde las sombras y pregunta:
Vladimir Illich, ¿no querrá usted tomar un vaso de té?

..........del libro Roca Viva



VIAJE AL SILENCIO

¿Es que ninguno hará un rezo por ella ahora,
nadie se apiadará de Jennifer –Muñeca- Suárez
hecha una lástima un fantasma ahora que su esplendor
fue y la belleza y la gracia ya le pasaron;
nadie se compadecerá de Jennifer, nadie?
¿Dónde están los guerreros, hacia dónde
partieron sus tenaces adoradores; las manos
que emprendieron tanta hazaña para darle alcance
dónde se escondieron? ¿Qué de los ojos
que juraron por la ceguera no dejar de alumbrarla?
¿Quién se duele ahora por la diosa del amparo
la vencedora de pesadumbres y fatigas,
quién la preserva ahora del saqueo, del frío,
de la extinción de sus luces quién la protege?
¿quién del estrago de sus encantos?
los de Jennifer –Muñeca- Suárez,
que tantas veces prometió arrancarle el corazón
a la soledad y arrojárselo a los perros.
¿O es que nadie hará un rezo por ella ahora;
o la dejarán sola, sola hasta dónde,
hasta qué, sola hasta cuándo?
¿Es posible que ninguno llegue, que nadie acuda,
que la dejen así, callada y desierta?
¿Es posible que nadie absolutamente nadie se asome
y diga algo o susurre una miserable oración
por ella o vaya por ahí a contar a los otros
que Jennifer –Muñeca- Suárez tiene muerte
y está sola?

..........del libro Thrillers


DISECCIÓN

La primera incisión sobre la frente,
paralela a la línea del Ecuador,
con cuidado de no lastimar el soñar del sueño.
La segunda, llevar el bisturí como pincel de ángel,
conducirlo de una a otra apófisis mastoidea
pasando por el portal de la boca –con precaución-
de no rozarle siquiera una vocal a la palabra.
La siguiente, sobre el arpa del torso
entre la quinta y la secta intercostal,
por delante del timbal que cesó
guardando de no perturbar sus mareas de pasión.
La incisión contigua
trazarla con pudor de nave de seda
uniendo ambas espinas ilíacas antero-superiores,
evitando atormentar los recuerdos
en las terrazas de las carnes rojas del ardor.
A la altura del triángulo de Scarpa
detenerse y beber el vino
para celebrar la vida que hubo.
(Una sola copa, hay que continuar)
Ahora bien, sobre los muslos, nada;
no despertar las caricias que aún.
Más al sur
descender el acero por las laderas de las tibias
arribando a cada pie. No más.
Hasta el inicio de la sombra.
Y no tentarse con ella,
no malograrle la esperanza.




Cabeza Tronco Extremidades.
Esto que yace mudo, quieto,
detenido en estación terminal,
¿qué hace aquí?
Estuvo y ya no más;
comió bebió entró salió de los días
anduvo apasionó,
digo: amó fue amado. Y soñó.
¿Qué hace aquí?
Saltó lejos el sol de sus ojos.
A clavarse llegó el hielo a su boca.
Enojadas las manos, agarrotados los dedos;
tal vez así se vea, callada
la enfermedad del morir.
Cabeza Tronco Extremidades.
El más sabio ordena: procedamos.
Brilla gozoso el acero,
va a entrar y le entra al que yace
(y de quien ya se habló)
con ojos vaciados de mirar
y boca de playa desnuda.
Cabeza Tronco Extremidades.
Hurga acerito; pregunta:
alguna vez se pensó así,
¿vano, abolido?
El más sabio ordena: procedamos.
Hurga acerito, dice:
a qué remover sus adentros,
a qué explorarlo cuando de todos modos
va camino a la ceniza.
Cabeza Tronco Extremidades.
El más sabio ordena: procedamos.
Confeccionado será entonces punto por punto
el inventario, registrado todo
lo que asistió a la fiesta de la vida.
Hurga acerito
del altillo al subsuelo;
su filo desciende
penetra en la gladiadora cuerpería;
la juventud le visita al que ahora yace;
el que comió y bebió y entró
y salió de los días;
el que amó, fue amado
y soñó,
sobre todo soñó.

.........del libro Cabeza, tronco y extremidades

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